Nuevas Odas Elementales (1956)
Bestiario.
Si yo pudiera hablar con pajaros,
con ostras y con lagartijas,
Con los zorros de Selva Oscura,
con los ejemplares pingüinos,
si me entendieran las ovejas los láguidos perros lanudos
los caballos de carretela, si discutiera con los gatos,
si me escuchara las gallinas.
Nunca se me ha ocurrido hablar con animales elegantes
no tengo curiosidad por la opinión de las avispas,
ni de las yeguas de carrera
que se las arreglen volando
que ganen vestidos corriendo
Yo quiero hablar con las moscas
con la perra recién parida
y conversar con las serpientes.
Cuando tuve pies para andar en noches triples
ya pasadas, seguí a los perros nocturnos, esos escuálidos viajeros
que trotan viajando en silencio con gran prisa a ninguna parte
y los seguí por muchas horas
ellos desconfiaban de mí, ay, pobres perros insensatos
perdieron la oportunidad de narrar sus
melancólicas, que galopen sobre mi piel
que divulguen sus emociones
que se entretengan con mi sangre
pero que alguien me las presente
quiero conocerlas de cerca, quiero saber a qué atenerme.
Con los rumiantes no he podido intimar en forma profunda
sin embargo, soy un rumiante, no comprendo que no me entiendan
Tengo que tratar este tema pastando con vacas y bueyes
planificando con los toros.
De alguna manera sabré tantas cosas intestinales
que están escondidas adentro como pasiones clandestinas.
¿Qué piensa el cerdo de la aurora?
No cantan, pero la sostienen con sus grandes cuerpos rosados
con sus pequeñas patas duras. Los cerdos sostienen la aurora.
Los pájaros se comen la noche.
Y la mañana está desierto el mundo
duermen las arañas los hombres
los perros, el viento, los cerdos gruñen, y amanece.
Quiero conversar con los cerdos.
Dulces, sonoras, roncas ranas, siempre quise ser rana un día,
siempre amé la charca, las hojas delgadas como filamentos,
el mundo verde de los berros con las ranas dueñas del cielo.
La serenata de la rana sube en mi sueño y lo estimula
sube como una enredadera a los balcones de mi infancia
a los pezones de mi prima, a los jazmines astronómicos de la negra noche del Sur
y ahora que ha pasado el tiempo no me pregunten por el cielo
pienso que no he aprendido aún el ronco idioma de las ramas.
Si es así ¿Cómo soy poeta?
Qué sé yo de la geografía
Multiplicada de la noche.
En este mundo que corre y calla quiero más comunicaciones
otros lenguajes, otros signos, quiero conocer este mundo.
Todos se han quedado contentos con presentaciones siniestras
de rápidos capitalistas y sistemáticas mujeres.
Yo quiero hablar con muchas cosas y
no me iré de este planeta sin saber qué vine a buscar
sin averiguar este asunto, y no me bastan las personas, yo tengo que ir mucho más
lejos y tengo que ir mucho más cerca.
Por eso, señores, me voy a conversar con un caballo, que me excuse la poetisa
y que el profesor me perdone, tengo la semana ocupada, tengo que oír a borbotones
¿Cómo se llamaba aquel gato?