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El hombre es libre, salvo en lo que posee de más profundo. En la superficie, hace lo que quiere; en sus capas más oscuras, «voluntad» es un vocablo carente de sentido.
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Para neutralizar a los envidiosos, deberiamos salir a la calle con muletas. Unicamente el espectáculo de nuestra degradación humaniza algo a nuestros amigos y a nuestros enemigos.
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Kant esperó a la vejez para darse cuenta de los lados sombríos de la existencia y señalar «el fracaso de toda teodicea racional»
….Otros, más afortunados, se dieron cuenta de ello antes incluso de comenzar a filosofar.
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«Soy un cobarde, no puedo soportar el sufrimiento de ser feliz.»
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Se aprende más en una noche en vela que en un año de sueño. Lo cual equivale a decir que una paliza es mucho más instructiva que una siesta.
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«La vejez es la cosa más inesperada de todas las que le suceden al hombre», escribe Trotsky unos años antes de morir. Si de joven hubiera tenido la intuición exacta, visceral, de esa verdad, ¡qué lamentable revolucionario hubiera sido!
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Un joven alemán me pide en la calle un franco. Converso con él y me cuenta que ha recorrido medio mundo y que ha estado en la India, país del que admira a los mendigos, aquienes se jacta de imitar. Sin embargo, no se pertenece impunemente a una nación didactica. Le observé pedir: parecía haber recibido cursos de mendicidad.