extraordinario, excelso, noble, querido primo Juan no te he escrito en quince años ya que sabemos por nuestra diferencia de ideología y de verdad cuando pensaba en escribirte se me quitaban las ganas. Pero hoy me levanté por la mañana y le dije a tu tía Carmen, con el estómago vacío: “No quiero seguir en esta situación, al carajo VIVIREMOS Y VENCEREMOS y hablemos con los traidores a la patria”. Me puedes decir que soy un loco sin sentido por lo que te escribo y se que cuando te fuiste de aquí yo era miembro del partido y juraba por Chávez y por Fidel y que ahora estoy jodido. Pero qué le vamos hacer; extraordinario, excelso y noble querido primo. Si tu vieras la mala calidad de la famosa caja CLAP que nos manda nuestro presidente Maduro; que por cierto acaba de cumplir seis años ayudando a nuestro pueblo, pero si te soy sincero muy poco se puede hacer; con dos paquetes de harina de maíz, dos kilos de arroz, un kilo de frijoles chinos —que no los quiere ni el vagabundo de la esquina—, dos kilos de pasta y en algunas ocasiones un litro de aceite y medio kilo de leche. Esto es muy triste y vergonzoso que te pida dinero para comer, por eso te escribo que es mejor que me mandes cien dólares. No tengo ninguna duda de que me los darás y tú tampoco tengas ninguna duda de que te los pagaré, primo querido: cuando esto se arregle y que el imperio yanqui quite las sanciones y libere a nuestro camarada Alex Saab de ese secuestro infame que ha golpeado en nuestros corazones. Por favor, olvidemos el pasado, pero sobre todo aquel episodio cuando te grité: “Vete de mi casa escuálido de mierda, vende patria”. En la fiesta de tu prima Julita no sabes cuánto me pesa esa cosa mínima que te hicé, pero tienes que comprender que son cosas de la vida. Mándale saludos al santo de tu padre que, como tú, tiene un gran corazón, pero por favor mandame el dinero. Carmen me prohibió hablar con la familia que estuvieran en el exilio, pero hace un mes que su hermano Sivilio se fue para el extranjero queriendo borrar toda su huella comunista y me dio este permiso de escribirte. Tú la tienes que perdonar. No sabes cuánto he reflexionado y debo confesarte que algunas personas del gobierno, aprovechándose de mi presidente Maduro, unos cuantos millones se han robado. Yo nunca, nunca te he olvidado y aunque en todas mis redes sociales te he bloqueado y de ti y tu familia he hablado muy mal te quiero aclarar que si este favor te pido es porque de hambre me muero. Te daré muchos besos si de visitar a Venezuela te animas. Cuídate mucho primo, pero eso sí, mándame el dinero.
Venezuela se arregló
